domingo, 25 de junio de 2017

El asesino desconsolado

Siempre con ganas de ver de qué va la serie de libros que José María Guelbenzu hace protagonizar a la Jueza Mariana de Marco, leo "El asesino desconsolado", la novela que hace la número 8 de la saga y en la que la magistrada, junto a su amiga Julia, investigan un asesinato que ha ocurrido en el nuevo edificio al que se ha mudado ésta. Es cierto que, la novela, a pesar de ser continuación de la saga, puede leerse de forma independiente pues el autor describe muy bien, tanto a la protagonista y a los demás participantes como la ambientación que rodea la trama pero siento que me he perdido algo cuando, a partir de la mitad de la novela, cada vez son más frecuentes las alusiones veladas, eso sí, y guiños a los anteriores casos en los que ha participado la protagonista. Es cierto que la lectura es muy ágil y que la alternancia de una narrador presente con los capítulos narrados en primera persona por Julia, hace que mantengamos interés por el texto pero no me han gustado algunas cosas. La primera de ellas, es la descripción sexista que hace el autor de las dos mujeres, ya que ambas son sensuales, atractivas y activas, y para Julia la "fidelidad es una virtud perruna, la lealtad es una virtud más compleja y más interesante", "Los hombres casi nunca saben lo que estás esperando que hagan". La segunda es que las mujeres no hablamos entre nosotras con esas expresiones, esos sarcasmos ni esas bromas sexuales ni aunque seamos muy deshinibidas, como hacen las dos protagonistas, ya que Mariana le dice a Julia: “Estás bastante buena, la verdad” o justifica su (ATENCIÓN!!! SPOILER!!) intento de violación repitiendo una expresión semejante: "la verdad es que estás estupenda". La tercera es que nadie habla así: Julia comenta “Durante unos tensos momentos agucé los oídos mientras, en flagrante contracción con el gesto, me preguntaba si estarían cerradas todas las ventanas…” “Nadie puede crear una confianza como la que tenemos entre nosotras, una verdad como la nuestra…una emoción como la nuestra.” La cuarta es que, el que sea la Jueza quien dirija la investigación y el fiscal se mantenga a la espera de los progresos, es muy americano pero irreal en el sistema judicial español. Y, por último, entre el final del primer capítulo y el comienzo del segundo la narración presenta un corte pues Julia, tras quedar con Mariana en que ésta va a su casa a comer, entra en su casa, habla con la vecina y se queda dormida, pero comienza el siguiente capítulo “Segundo eslabón” narrando cómo Julia está un “poquitín alterada” al dar la vuelta a la llave y entrar por primera vez en su casa, tras el asesinato. Le doy un 4,4 a esta novela en la que, lo que más me ha gustado han sido las disquisiciones de Julia acerca del amor y la libertad.