Veo "Que Dios nos perdone", la película que le ha supuesto a Roberto Álamo el Premio Goya al Mejor Actor Protagonista y que, dirigida por Rodrigo Sorogoyen, me muestra las pesquisas que llevan a cabo varios policías para encontrar a un asesino mientras Madrid asiste a la visita de Benedicto XVI. Este thriller policiaco tiene un acertado guión (obra de Isabel Peña y del propio Sorogoyen), unos ágiles movimientos de la cámara, muchas realistas imágenes de las movilizaciones que acarreó la crisis económica en el año 2011, una provocadora ambientación, un apabullante sonido envolvente, un instintivo montaje, unas racionales interpretaciones de todos los protagonistas (la tartamudez de Antonio de la Torre resulta modélica), unas descarnadas caracterizaciones de los personajes perdedores, un clima de hiperviolencia, nas controvertidas construcciones personales y mucho de siniestro. Entretenida y ambivalente, de 6,7.
