sábado, 15 de abril de 2017

Los ritos del agua

¿De quién ha sido la idea de colocar al principio esas 50 hojas con las que se inicia la novela "Los ritos del agua" de Eva García Sáenz de Urturi? Aún no me explico qué sentido tiene el que la editorial ubique esos denominados "escenarios mágicos de El silencio de la ciudad Blanca" de Ruben Buren al comienzo del libro, pues no aportan nada a la trama posterior y seguro que a más de un lector, le disuaden de acometer la lectura de la novela. Salvo esa introducción (que perfectamente podría haberse colocado al final), esta segunda parte de la trilogía "La Ciudad Blanca" vuelve a engancharme con la localización de la trama entre las calles de Vitoria y las de Laguardia, con su ágil lenguaje, con la gran labor de documentación acerca de temas de criminología y rehabilitación del habla tras una afasia, con la capacidad resolutiva del nudo que maneja la escritora, con la adecuada inserción en el desenlace de parajes con simbología, con el acierto de la plasmación de la herencia genética de la psicopatía, con la correcta construcción de los personajes, con la alternancia entre la voz narradora de Unai y la de un narrador omnisciente para dar amplitud a la perspectiva, con el cuidado exquisito del ritmo, con el gran conocimiento de las técnicas policiales, con la buena elección del nombre de los capítulos, con las anticipaciones del desenlace que pueblan todo el texto, con los giros en la investigación criminal y, con las disertaciones acerca de la buena y mala paternidad. De brillante estructura e inteligente, le doy un 8,5.