lunes, 19 de diciembre de 2016

La niña que no podía recordar


Leo "La niña que no podía recordar", el libro que escribe la diplomada en Grafopsicología y especialidades, e investigadora de temas insólitos, Clara Tahoces y, aún no salgo de mi asombro por la calidad literaria que tiene la novela. Así, independientemente de la existencia de fallos como son, la confusión de las dos tramas paralelas (a pesar de que están perfectamente identificadas con el mes y año al comienzo de cada capítulo), la indefinición del personaje de Pablo (en la página 68 del epub el personaje considera una gilipollez la historia siniestra de la pulsera pero en la 69 piensa en quitársela de encima), la presencia de frases hechas (por ejemplo: "las comparaciones eran odiosas" en la página 41), ciertas comparaciones incomprensibles (equipara omitir el hallazgo de la pulsera con contemplar un cuadro inacabado carente de sentido), algunas imprecisiones (dice que Sandra -cuando su hija tiene 10 años- echa de menos al padre, cuando resulta que nos ha dicho que éste salió de estampida tan pronto como supo que estaba embarazada o la circunstancia de que en la página 134 hace decir a la niña que cuenta con 10 años que no sabe quién es Jesucristo) y que la trama que sirve para formar el grupo de los rescatadores está un poco forzada, me ha resultado un libro con una buena puntuación, con un tratamiento indulgente de todos los personajes, bien documentado (la historia del descubrimiento del dolmen de Entreterminos es cierta) y entretenido, donde la intriga, los fenómenos paranormales y el amor se mezclan al antojo de la autora, mientras adelanta al lector pistas de las que carecen los protagonistas. Para finalizar, decir que me han sorprendido dos cosas. La primera, cuando veo que en la página 81, es el padre quien toma la palabra, a pesar de llevar 4 años en coma. Y la segunda, la pregunta que, sin venir a cuento, en la entrevista de la revista Qué Leer del mes de septiembre que le hace Anika Lillo a la escritora, con el número 9 es: " Los negros literarios que conozco son felices en su situación. ¿Lo entiende?. Respuesta: Más que entenderlo, me apena. Si alguien tiene talento, merece al menos la oportunidad de brillar con luz propia. Y si está escribiendo para otros, no tiene tiempo para escribir sus propias historias". Sencillo pero entretenido, de 3.