Leo la tercera novela escrita "a dos manos" por Rosa Ribas y Sabine Hofmann tras "Don de lenguas" y "El gran frío" y, he de decir que en ésta si que he conseguido desligar las aportaciones de cada una de ellas pues -de vez en cuando- algunos párrafos del texto adquieren más solemnidad. En este caso (no me ha ocurrido en los anteriores libros), también aprecio varios laísmos y loísmos que no se si se deben al alejamiento del idioma y su mezcla con el alemán que experimentan ambas autoras al residir de forma permanente en Alemania. Y, también he de decir que, a pesar de la correcta trama, el adecuado tono, el buen ritmo del relato y la tensión narrativa, el marco físico de fondo, es decir, la recreación social y policial de la Barcelona del año 1959, "me chirría un poco", sin que llegue a convencerme del todo. Por todo eso, este tercer libro me ha resultado ser el menos depurado y peor acabado de la trilogía. De 5.
