domingo, 16 de octubre de 2016

Tres días y una vida

Leo "Tres días y una vida", la nueva novela que Pierre Lemaitre escribe acerca de la culpa, la ira y los remordimientos. De la mano de un narrador omnisciente que acompaña al protagonista en sus idas y venidas, con una indicación detallada del marco físico (la pequeña comunidad rural de Beauval está construida de modo acertado), un estilo conciso y enfático, con un tono lineal, una perfecta caracterización de Antoine Courtin (el autor plasma de forma potente el terror del niño de 12 años, su cansancio, la sombra de la confesión, su agotamiento, la incertidumbre y la espera), un correcto lenguaje (el escritor no ha necesitado recurrir a palabras, giros, vocablos y lenguaje infantiles para hacer creíble la narración sirviéndose de distintos recursos en el texto como por ejemplo "“Antoine no sabía de dónde la venía esa imagen”) y con un trenzado andamiaje de mentiras, ignorancia y silencios, el novelista elabora un libro fluido y directo, donde la trama se desarrolla a gran velocidad. Tras la lectura, puedo decir que me han sorprendido dos cosas. La primera es la forma en que el narrador -por dos veces- parece que toma el lugar del protagonista, ya que el interlocutor contesta a las preguntas que sugiere el narrador sin que hayan sido formuladas -en voz alta- por el protagonista. Y la segunda es la falta del -para mí, característico de este autor- "giro Lemaitre", que me ha llevado, además de a releer el final (pues no me creía que ya había acabado el libro sino que me esperaba una revelación más sorprendente), a fantasear (desde la página 90 del epub) con la idea de que el protagonista seguía en la narración, pero muerto. Esta novela acerca de tres días y una vida, que concluye con una mínima sorpresa, me ha resultado directa y entretenida pero no es de las mejores del autor francés. De 5,6.