sábado, 17 de septiembre de 2016

Cuando llega la luz

Leo "Cuando llega la luz", la continuación de la novela "Lo que esconde tu nombre" que le valió a Clara Sánchez, el Premio Nadal en el año 2010 y, a diferencia de lo que me pareció la obra anterior, sí que tengo que decir que, en este libro, la trama se estanca en algunos momentos y el desenlace es un poco insulso. Si bien la autora señala correctamente la localización de los hechos de la narración para el lector (cada libro tiene un significativo título y además, el primero, sitúa la fecha de la trama en el mes de junio de 2006) así como quién maneja la primera persona (dentro de cada libro, los capítulos llevan el nombre del personaje que habla: Sandra o Julián -quien hace un resumen de la aventura vivida en la anterior novela-), no me ha gustado la forzada inclusión de un nuevo narrador en estas dos tramas paralelas, pues la presencia de Lucy, si bien le permite a la novelista, mostrar otra perspectiva de los hechos, me ha parecido un recurso demasiado facilón. Por lo demás, hay muchos errores linguísticos, faltando un acento en la página 39 del epub ("pero sin que se me viera, como Laura preparaba los juguetes en el patio"), en la 48 ("según como estuviera orientada a cada habitación"), en la 62 ("Decía que le hizo comprender que esto no era todo"), en la página 67 ("por como se dirigían a él los clientes"), en la 292 ("No podía permanecer más tiempo escuchando como mis compañeros le daban vueltas") y una preposición en la página 225 ("esperando que yo llegara"), hay algunas inexactitudes (además de que nadie se pone casco para ir en las motos, no me creo que una chica tan joven coloque sábanas de hilo en las camas ni la idea de que las mandíbulas puedan fortalecerse de "tanto gritar en las manifestaciones ultraderechistas y probablemente en su casa o en la cumbre del monte Dianium") y mucho sinsentido (con la justificación de que no quieren que se les vea juntos, ninguno de los dos protagonistas cuenta al otro las pesquisas que está realizando individualmente de modo que la trama termina siendo un despropósito con dos ofertas distintas por el niño) que hacen que el desenlace se alargue en exceso, a lo que contribuye en gran parte, el mal uso del tiempo que hace la escritora durante la desaparación de Janín (a pesar de que los padres pierden peso significativamente, la autora no me indica si han pasado horas, días o meses). Esta novela, ligera y sosa, en la que me gustado el acierto de la novelista al consignar la actuación del médico cuando, receloso tras la revisión pediátrica del niño, da parte a los servicios sociales, sólo se merece un 3.