domingo, 24 de julio de 2016

Piensa como un hombre siente como una mujer

Leo el libro “Piensa como un hombre, siente como una mujer”, la novela que escribe Rosetta Forner y que, tras leer el primer tercio, me ha obligado a buscar en Internet información acerca de la novelista pues, al leer tantos “consejos” para que sigamos siendo las presas de los hombres, les demos nuestro “cookie” (así lo llama) y no pierdan el tiempo cuando salen de caza de modo que puedan descartar a las que no nos ajustamos a sus requerimientos y se centren en las mujeres que sean “público objetivo”, me he creído que el autor era un hombre. Así, esta obra llena de consejos machistas, dirigida mujeres que aspiran a ligarse a un hombre machista, a mujeres que creen que la liberación femenina sólo se refiere al sexo, nos aconseja imitarles a ellos en sus comportamientos enseñándonos a “pensar como un hombre y a que sientas como una mujer y conquistes al hombre que te propongas como objetivo”, dándonos “las claves para crear una estrategia de conquista” porque “en efecto, todos llevamos dentro a un guerrero, a un rey, a un amante y a un mago”. Tras esta declaración, la obra nos muestra los 29 mandamientos del hombre moderno como una Guía imprescindible (“todo hombre adora competir”, “todo hombre referencia su hombría a algo”, “a ningún hombre le gusta que le traten como a un niño”, “el hombre está programado para agradar, eso sí, mandando. Su papel o rol no es el secundario, sino el de jefe de la manada”, “el hombre es un experto en decir lo que la mujer quiere escuchar”, “el príncipe azul a veces existe…, aunque dure lo que dure la conquista”…) e invitándonos a anotar nuestras vivencias y opiniones tras cada uno de esos mandamientos a fin de “objetivar tus experiencias”, introduce comentarios acerca de las mujeres, tales como: “como ahora la mujer suele enviarle mensajes contradictorios, él se hace un lío y ya no sabe si seducirla, conquistarla , agradarla o ponerse a su servicio”, …¿Por qué la autora no nos ha enseñado cómo mejorar la convivencia con los hombres en lugar de darnos consejos tan poco igualitarios como: “hacerles sentir el rey del mambo”, hacerles “creer que está fascinada con él”, “no le ofrezcas todo a cambio de nada o con tantas facilidades que, como resultado, consigas que él no pueda valorar lo que tú no valoras”, “deja de darle la vara”, “hacerle saber que te interesa él, al igual que tú le interesas a él, sí es igualdad”,..? Recomendaciones contradictorias (dice que lo más importante es que el hombre sepa que “no eres una mojigata” para después señalar que “pensará que si no pones precio alguno es porque no cuesta nada”), justificación de las mentiras masculinas como estrategia (para decir lo que la mujer quiere escuchar las considera tácticas de supervivencia que los hombres usan para conseguir lo que desean al menor coste posible), banalización de los sentimientos (“te quiero, al fin y al cabo son palabras que no comprometen a nada. Siempre podrás echar mano de más mentiras o mentiras-excusa para apartarse de esa mujer, para recuperar tu libertad”) y culpabilización de la mujer (“la mujer es culpable por acción al creerse todo lo que ella quería escuchar y por omisión por no preguntar, no preocuparse en buscar evidencias”, los hombres no engañan, son las mujeres las que deciden "leer sus mensajes al revés") hacen de este libro una obra sin rigor alguno que, para nada me ha parecido “un retrato magistral de nuestro sentir, de nuestras expectativas del amor y de las relaciones amorosas” como dice uno de los dos escritores/periodistas invitados a poner el epílogo final. Pésimo, de 1.